Técnicas de masajes en los pies
Circulación
Dado que nuestros pies tienen semejante tarea en nuestra vida diaria, la primera cosa que debes hacer es mantener el flujo sanguíneo en la zona. La sangre trae a nuestros músculos todos los nutrientes que éstos necesitan, de modo que ayudar a la circulación de nuestros pies es la clave para su recuperación.
En consecuencia, el primer paso en un buen masaje de pies es activar la circulación. Esto quiere decir incrementar el flujo sanguíneo de los tejidos del pie.
Sostén el pie con una mano y con la otra comienza a acariciar la parte superior con la otra. Puedes usar una presión ligera sobre la parte superior del pie. Para evitar hacer cosquillas a tu compañero/a, procura ejercer una presión moderada en la parte inferior del pie.
Continúa acariciando y frotando el pie entero de la otra persona. Si lo deseas, puedes dar algunos pequeños golpecitos o bofetadas. Se sugieren veinte caricias o golpetees sobre la parte superior y diez sobre la inferior.
Rotación del pie
No te olvides de esos pobres tobillos. Ellos se llevan buena parte del trajín que reciben tus pies. En consecuencia, las próximas dos técnicas apuntan a trabajar directamente sobre el tobillo y sobre su relación con el pie entero. Esta rotación no es un estiramiento, sino que se trata de un movimiento para relajar el pie y el tobillo en su conjunto.
Sujeta el pie con una mano. Con la otra, mueve el pie en forma circular según su capacidad natural de movimiento. Simple y lentamente desliza el pie en un movimiento de tipo ovalado.
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